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Porto Alegre, Brasil (EFE) – Las torrenciales lluvias que azotan el sur de Brasil han desatado una catástrofe sin precedentes, dejando un saldo devastador de al menos 84 muertos, 111 desaparecidos y más de 840.000 personas afectadas. Las autoridades regionales, ante la magnitud del desastre, han desplegado un operativo de rescate y asistencia sin precedentes, mientras que el gobierno federal ha declarado el estado de emergencia en la región.
Un azote implacable: las lluvias torrenciales y sus consecuencias
Las precipitaciones, que comenzaron hace una semana y aún no han cesado por completo, han convertido al sur de Brasil en un escenario de desolación. Ríos desbordados, calles inundadas, viviendas arrasadas y miles de personas desplazadas son solo algunas de las imágenes que describen la magnitud del desastre.
Los estados más afectados:
- Rio Grande do Sul: El estado más azotado por las inundaciones, con al menos 83 víctimas mortales y la mayor parte de sus municipios afectados.
- Santa Catarina: Registra un fallecimiento y daños considerables en su infraestructura.
Las cifras del desastre:
- Más de 840.000 habitantes afectados: Repartidos en 345 municipios de los dos estados.
- 121.957 personas evacuadas: Obligadas a abandonar sus hogares por la inundación de sus viviendas.
- 19.368 personas alojadas en albergues: Recibiendo asistencia humanitaria por parte de las autoridades.
- 1.2 millones de hogares y establecimientos comerciales sin electricidad: Afectando gravemente la vida cotidiana de la población.
- 98 municipios sin servicios de telefonía e internet: Dificultando la comunicación y la coordinación de las labores de rescate y asistencia.
- 61 carreteras con bloqueos totales o parciales: Impidiendo el tránsito vehicular y dificultando el acceso a las zonas afectadas.
La respuesta ante la tragedia:
Las autoridades brasileñas, a todos los niveles, han respondido con celeridad y determinación ante la magnitud del desastre. El gobierno federal, liderado por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, ha declarado el estado de emergencia en la región y ha movilizado todos los recursos disponibles para brindar asistencia a los damnificados.
Más de 14.500 profesionales, en su mayoría miembros de las Fuerzas Armadas, se encuentran trabajando arduamente en las labores de rescate, asistencia y recuperación. Se han realizado más de 25.000 rescates aéreos, terrestres y fluviales, con el apoyo de 30 aeronaves, 182 embarcaciones y 951 vehículos.
La solidaridad se hace presente:
La tragedia en el sur de Brasil ha conmovido al país entero y ha despertado una ola de solidaridad sin precedentes. La población civil se ha movilizado para donar alimentos, medicinas, ropa y otros artículos de primera necesidad. Las organizaciones humanitarias también están trabajando incansablemente para brindar asistencia a los damnificados.
El futuro incierto:
A pesar de los esfuerzos realizados, la situación en el sur de Brasil sigue siendo crítica. Las lluvias continúan azotando la región, lo que aumenta el riesgo de nuevos deslaves e inundaciones. Las autoridades han alertado a la población sobre la necesidad de extremar las precauciones y seguir las instrucciones de las autoridades.
Un llamado a la acción:
La tragedia en el sur de Brasil nos recuerda la vulnerabilidad de nuestras sociedades ante los desastres naturales. Es necesario tomar medidas urgentes para fortalecer la resiliencia de nuestras comunidades y protegernos de los efectos del cambio climático.
Un mensaje de esperanza:
En medio de la tragedia, también hay lugar para la esperanza. La solidaridad del pueblo brasileño y la dedicación de los profesionales que trabajan en las labores de rescate y asistencia son un faro de luz que nos permite vislumbrar un futuro mejor.
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