Al menos 17 miembros de la minoría rohinyá han muerto y 33 se encuentran desaparecidos después de que el barco en el que viajaban se hundiera en la bahía de Bengala, cuando partía desde el oeste de Birmania hacia Malasia, según confirmaron este viernes a EFE los equipos de rescate.
El barco se hundió el 7 de agosto frente a la costa de Sittwe, capital del estado occidental birmano de Rakáin, debido a las fuertes lluvias, y desde ese día hasta el 9 de agosto se hallaron diecisiete cuerpos sin vida cerca de la localidad de Basa (en Sittwe), explicó hoy a EFE Ko Byar Hla, de la fundación Shwe Yaung Metta, quien participó en las tareas de rescate.
De los diecisiete fallecidos, 7 son hombres y 10 son mujeres, todos con edades comprendidas entre los 20 y 30 años y todos rohinyá, la etnia minoritaria de religión musulmana que Birmania, país de mayoría budista, no reconoce y persigue.
En los últimos días no se han encontrado más cadáveres, y se estima que todavía hay 33 personas desaparecidas, mientras ocho fueron halladas con vida. En total viajaban 58 personas en la embarcación.
«Sabemos que todavía hay gente desaparecida, así que no hemos dejado de buscar. La búsqueda continúa, en cooperación con algunos equipos gubernamentales», dijo a EFE Ko Byar Hla.
Asimismo, añadió que los pasajeros del barco habían pagado cada uno 10 millones de kyats (unos 4.700 dólares) a unos agentes intermediarios que les habían prometido llevarles desde Rakáin hasta Malasia y que habrían abandonado la embarcación, normalmente barcazas en condiciones precarias, tras hundirse.
Las condiciones de vida en la depauperada Rakáin, donde viven cientos de miles de rohinyá, empeoraron aún más tras la sacudida en mayo del ciclón Mocha, que causó la desaparición de pueblos enteros y dejó entre decenas y centenares de muertos, según las fuentes.
La incierta situación se vio agravada por el bloqueo al acceso a agencias de ayuda internacionales por parte de la junta militar que se impuso en el poder en Birmania tras el golpe de Estado del 1 de febrero de 2021.
Además de en Rakháin, alrededor de un millón de rohinyás viven en campos de refugiados del vecino Bangladesh, adonde huyeron tras ser víctimas de campañas de persecución militar en Birmania, la última en 2017, que la ONU investiga por posible genocidio.
La huida en barco de rohinyás hacia países vecinos tanto de los campos de Bangladesh como de Birmania es frecuente.
En 2022, cerca de 3.500 rohinyás arriesgaron sus vidas en las peligrosas rutas marítimas del mar de Andamán y la bahía de Bengala y al menos 348 de ellas murieron o desaparecieron en esas travesías, según los datos de ACNUR.