Unos mil efectivos trabajan hoy en las tareas de extinción de dos focos en Chaves y Murça, en Vila Real (norte), que obligaron a evacuar a decenas de personas y que, en su mayoría, han regresado ya a sus viviendas, según el último informe de Protección Civil.
Precisamente durante la evacuación de Murça falleció en la noche del lunes una pareja de ancianos que prefirió abandonar la zona en su propio vehículo, sufrió un accidente, se precipitó contra una barranco y terminó ardiendo.
«Fue un accidente de tráfico, por lo tanto, un despiste seguido de un vuelco», explicó el comandante de la Autoridad Nacional de Emergencias y Protección Civil (ANEPC), André Fernandes.
Las autoridades lusas han concluido también la investigación sobre el accidente que el viernes costó la vida al piloto André Serra cuando trabajaba en la extinción de un incendio.
Las conclusiones indican que Serra no informó antes de ningún problema con la aeronave ni con él mismo y, según medios locales, la hipótesis más probable es que se trató de un error humano.
AUMENTO DE LA ALERTA POR LAS TEMPERATURAS
El Instituto Portugués del Mar y de la Atmósfera (IPMA) presenta este martes cerca de cincuenta municipios en peligro máximo de incendio rural.
El país se encuentra en estado de alerta en su grado de respuesta a los incendios y el Gobierno analizará hoy si eleva el nivel a contingencia ante la previsión de un aumento de las temperaturas a partir del miércoles.
Portugal estuvo ya bajo el estado de contingencia la pasada semana, cuando se declararon los incendios más graves con récords de temperaturas que alcanzaron los 47 grados.
Desde el 7 de julio se han registrado más de 1200 incendios que han obligado la evacuación de 1009 personas y provocado 95 heridos leves y seis graves.
En lo que va de año las llamas han devorado más de 43.700 hectáreas, cerca de 30.000 en los últimos once días, según estimaciones oficiales.
