En Especial
Cristhian Jiménez
Llegaron las vacunas chinas antes del previsto rebrote de Covid-19 por las irresponsables “juntaderas” y el dinero norteamericano para seguridad ciudadana cuando se otean posibles convulsiones sociales por ajustes fiscales y eliminación de programas sociales.
Además, el gobierno Luis Abinader logra apoyo estadounidense a la lucha contra la corrupción en momentos en que se procesa al responsable de seguridad de un expresidente, jefe del principal partido opositor que alega persecución política.
¿Diplomacia sanitaria o del dólar? No. Intereses y visiones geopolíticas. En la gerencia política nacional: lo que convenga al país en cada momento.
Cuentan que hubo muchas llamadas a China y al final la mitad de las vacunas y finas e intensas gestiones, presumo, para modificar y ampliar acuerdos con Estados Unidos, aunque la representación norteamericana en el Palacio Nacional, aun sin embajador designado, no alcanzara para justificar la presencia del mandatario.
República Dominicana se mueve entre las patas de dos gigantes de encarnizadas luchas por espacios vitales.
Abinader inició su gestión en agosto último tomando distancia de los chinos, al anunciar que no les permitiría inversiones en áreas estratégicas y luego ante disputas por el tema de la tecnología 5G, optó por la iniciativa estadounidense de una llamada “Red Limpia” para “salvaguardar la seguridad nacional de ambos países”.
Al anunciarse la producción de vacunas contra el Covid-19, el gobierno adelantó contratos millonarios con laboratorios de Inglaterra y Estados Unidos que a la fecha no han dispuesto entregas, con el agravante de que el gobierno norteamericano bloqueó esas exportaciones, hasta tanto avanzara la inoculación de sus ciudadanos. Abinader reclamó flexibilización.
En este contexto, ya instalado Biden, aparecieron los chinos el 23 de febrero con una venta oportuna de 768 mil vacunas. Esto permitió definir un plan de vacunación en firme. El 17 de marzo llegó otro millón y se informó que una cantidad similar sería traída 8 días después.
Las vacunas, y solo la mitad, llegaron el de 21 sin que se ofrecieran explicaciones oficiales de la razón del retraso y del recorte. Se había adelantado que solo faltaba el permiso de exportación en China.
¿Qué pasó? ¿Qué habrían exigido los chinos? Al final, ¿Se rediscutió temas de red 5G y las inversiones en puertos e infraestructuras? Llamadas hubo…
Estados Unidos, que había criticado lo que definió como “diplomacia del dólar”, reaparece con 6.6 millones de dólares y apoyo para la Policía Nacional y seguridad ciudadana y a los planes de transparencia, incluido respaldo a Cámara de Cuentas, cuyo nuevo presidente estaba presente en la ceremonia.
Robert Thomas, encargado de negocios de la embajada planteó, en presencia de la Procuradora Miriam Germán, el apoyo de EE. UU. para una ley de extinción de dominio que permita recuperar bienes y riquezas que “los criminales y funcionarios corruptos han robado al Estado”.
Al día siguiente hubo una declaración conjunta para consignar cambios en legislación sobre compras y contrataciones públicas y modernización marco jurídico sobre trata de personas.
Posteriormente los cancilleres norteamericano y dominicano conversaron vía telefónica sobre la promoción de la democracia en la región, relaciones económicas, entre otros temas. Roberto Álvarez planteó a Anthony Blinken la importancia de la colaboración contra el Covid, en particular la distribución de vacunas y “sugerimos la ampliación de los criterios en que se la basa la alerta de viajes” norteamericana que afecta al país.
Los acuerdos son numerosos y abarcan muchas áreas, centrados en transparencia y lucha contra la corrupción, lo que serviría a Abinader para afirmar sus principales banderas y poder marchar contra la corruptela pasada con menores riesgos de desestabilización política.