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Santo Domingo. La intensa crecida del río Masacre, desencadenada por las fuertes lluvias en la cuenca alta del afluente en Loma de Cabrera, provincia de Dajabón, ha generado serias preocupaciones a lo largo de la frontera entre República Dominicana y Haití. El desbordamiento del canal construido por los haitianos en el poblado de Juana Méndez, situado en la franja norte de la frontera, ha exacerbado la situación.
Las aguas en aumento del Masacre han impactado una obra de capital privado en Haití, cuyos riesgos han sido objeto de advertencia por parte del Gobierno dominicano. Desde sus inicios, el Gobierno dominicano ha manifestado su oposición a esta construcción hídrica, argumentando que viola un tratado bilateral.
Ante la inminente amenaza, la Defensa Civil de Haití ha iniciado el desalojo de los residentes locales en la parte baja del canal. La crecida del río ha inundado por completo la estructura, lo que ha generado un escenario de emergencia en la zona fronteriza.
Las autoridades de ambos países están coordinando esfuerzos para hacer frente a la situación y mitigar los posibles impactos humanos y materiales. Se han establecido medidas de seguridad y se está llevando a cabo la evacuación de personas en áreas de riesgo. Sin embargo, la incertidumbre persiste mientras se monitorea de cerca la evolución de la crecida del río Masacre y su impacto en las comunidades fronterizas.
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