Edimburgo (R. Unido),.- La capital de Escocia vuelve a ser la ciudad de los festivales, tras el parón de la pandemia, para este 75 aniversario, en los que “todo tipo de arte imaginable está aquí”, ensalza Fergus Linehan, director del Festival Internacional de Edimburgo en una entrevista con Efe.
Este año en Edimburgo se siente distinto puesto que “es nuestro aniversario”, y porque “es la vuelta después de la covid”, expresa el director, que calificó a esta edición de “emotiva”.
A esa emoción, se le une ser este su último como director de un festival “que significaba mucho para mí, incluso antes de trabajar en él”, resalta Linehan, que considera ha sido “un honor” estar al frente de este prestigioso evento cultural.
Uno de los espectáculos curiosos ha sido MACRO, representado en el estadio de rugby Murrayfield por el grupo de circo australiano “Gravity and Other Myths”, que, al hacer honor a su título, hizo acrobacias y formó torres humanas de hasta cuatro pisos de altura.
En él también participó el Joven Coro Nacional de Escocia, que en una perfecta amalgama, envolvían con sus voces y melodías los delicados movimientos de los acróbatas practicados con una destreza que el público asistente correspondía con genuina devoción.
“Creo que lo que hace a este festival único, lo primero es que todo tipo imaginable de arte está aquí”, insistió Linehan, quien será sustituido por la solista Nicola Benedetti, la primera mujer que cogerá las riendas de este certamen.
Para Linehan, el festival es, además, un lugar donde la gente puede “tener una conversación, discutir sobre alguno de los retos que estamos enfrentando.”, como la guerra de Ucrania.
En ese sentido, en esta edición, el festival cuenta con la visita de la Orquesta Ucraniana de la Libertad, un grupo de músicos que se reunieron hace pocas semanas, según el director.
La crisis climática también está reflejada en el festival a través del llamado “El Libro de la Selva Reimaginado”, a cargo de la compañía Akram Khan, en la que el famoso personaje de Mowgli -protagonista de la obra del escritor Rudyard Kipling- pasará a ser un refugiado climático en este mundo moderno.
“La peculiaridad de Edimburgo es que es el tiempo para descubrir” todo tipo de cosas, expresa Linehan.
EL ARTE DE DESCUBRIR
Las calles de Edimburgo se convierten en un mundo cultural por descubrir, al estar las paredes empapeladas de los innumerables espectáculos que tienen lugar cada día en los sitios más recónditos de la ciudad.
Como es el caso de un trío de actores de Los Ángeles (EEUU), que se definen como “profesionales escupidores de agua”, al centrar la atención de los viandantes con una peculiar representación del hundimiento del transatlántico “Titanic”.
En las calles también se ven malabaristas que, con sus habilidosas manos y envidiable sentido del equilibrio, arrancan los aplausos del público, llegando a competir por quien tiene la mejor audiencia. “Espero experiencias, muchas positivas (…) que se quedarán conmigo durante los próximos años”, dice una joven, que no quiso facilitar su identidad.
La creatividad también tiene formas experimentales, como es el caso de ‘Wistful’, un espectáculo “creado de la nada” en el que cabe “música en directo, baile, combates y acróbatas, todo en uno”, explica su coreógrafa y directora asistente, Lucy Maebly a Efe.
Este mes, afirma Maebly, es “creatividad y energía en cualquier parte, literalmente de todo en una única ciudad”, Edimburgo.
Guillermo Garrido
Powered by WPeMatico