En el último informe emitido por las autoridades de protección civil, se ha confirmado un cambio en el nivel de alerta para varias provincias del país. La situación climática y los riesgos asociados han llevado a que 18 provincias se encuentren ahora bajo alerta amarilla, mientras que 14 provincias mantienen su estado de alerta roja.
Las provincias que han cambiado su nivel de alerta a amarilla presentan condiciones climáticas que indican un riesgo moderado. Aunque la amenaza aún no es inminente, se recomienda a la población mantenerse alerta y preparada para posibles situaciones de emergencia. Las autoridades han instado a los residentes de estas áreas a seguir las indicaciones de seguridad y a estar atentos a los boletines meteorológicos.
Por otro lado, las 14 provincias que permanecen en alerta roja enfrentan condiciones climáticas extremas y riesgos significativos. Las fuertes lluvias, vientos intensos y posibles deslizamientos de tierra han llevado a la evacuación preventiva de algunas zonas de alto riesgo. Los equipos de respuesta de emergencia están en máxima alerta, brindando asistencia y apoyo a las comunidades afectadas.
El gobierno ha activado un plan de contingencia a nivel nacional para hacer frente a las posibles consecuencias de estas condiciones climáticas adversas. Se han establecido albergues temporales, se ha desplegado personal de ayuda médica y se están coordinando esfuerzos para garantizar la seguridad de la población.
Las autoridades hacen un llamado a la calma y a la cooperación de la ciudadanía en medio de esta situación desafiante. Se recomienda seguir las recomendaciones de seguridad, mantenerse informado a través de los canales oficiales y colaborar con las medidas implementadas para mitigar los riesgos.
Se espera que las condiciones climáticas sigan siendo monitoreadas de cerca y que se realicen actualizaciones periódicas sobre el estado de alerta en cada provincia. La seguridad y el bienestar de la población siguen siendo la prioridad principal en esta situación en evolución.