Leonel Fernández
Expresidente de la República Dominicana
Santo Domingo. Entre los objetivos de la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030, se plantea fortalecer el sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación como forma de dar respuesta a los requerimientos del desarrollo económico, social y cultural del país, así como de promover su inserción en la sociedad y la economía del conocimiento.
Pero, de igual manera, se propone como meta lograr el acceso universal y uso productivo de las tecnologías de la información y la comunicación. En eso coincide plenamente con lo postulado por las Naciones Unidas en su Agenda de Desarrollo post-2015, en la que sostiene que las tecnologías de la información y la comunicación son un medio de implementación esencial para lograr las nuevas metas del desarrollo sostenible.
En nuestra Estrategia Nacional de Desarrollo se aspira a fomentar el desarrollo y la innovación de la industria nacional de las tecnologías de la información y la comunicación, procurando el aumento de la productividad, la competitividad y el valor agregado nacional.
De igual manera, se intenta facilitar la alfabetización digital de la población como mecanismo de inclusión social; consolidar la educación especializada en tecnologías de la información y la comunicación para garantizar los recursos humanos demandados por la creciente incorporación a la sociedad del conocimiento; incentivar la producción de contenidos locales ; promover el uso del software libre ; e incrementar el nivel de conectividad y acceso a la banda ancha, a través de la ampliación y actualización permanente de las infraestructuras físicas.
En la actualidad, el sector de las telecomunicaciones disfruta de una significativa importancia en el conjunto de la economía nacional, al representar el 16 por ciento del Producto Interno Bruto, con una tendencia al incremento de las inversiones en los últimos años, a pesar de la crisis económica mundial.
Avance dominicano
Los avances alcanzados por la República Dominicana en el área de las tecnologías de la información y la comunicación han sido notables. Según las cifras del INDOTEL, correspondientes al primer trimestre de este año, hay en nuestro país 9 millones, 320 mil 832 líneas de telefonía móvil, lo que equivale a decir que hay prácticamente un celular por cada persona.
Durante los últimos diez años se han realizado importantes esfuerzos por parte del gobierno para democratizar el uso de la tecnología, mediante programas como el de Aulas Inteligentes, que luego pasaron a llamarse Centros Tecnológicos Comunitarios.
Esos centros, junto con programas como el de Banda Ancha Rural, llevan la red de internet por primera vez a más de 500 localidades rurales y suburbanas. A eso se agrega la habilitación de más de 900 salas digitales en el país y la instalación de Esquinas Tecnológicas en las escuelas primarias.
Asimismo, el Metro de Santo Domingo cuenta con acceso gratuito a internet de banda ancha en seis de las principales estaciones de sus líneas.
A partir del 2008, la República Dominicana se convirtió en la sede del Network Access Point (NAP) del Caribe, lo que nos permitió interconectarnos con los países de la región, Centroamérica y los Estados Unidos, a través de un cable submarino de fibra óptica que garantiza la seguridad de las transacciones electrónicas.
Esta iniciativa le ha permitido a nuestro país proyectarse en la región como un buen punto de inversión para los llamados call centers. Sólo entre 2009 y 2011, con apenas dos años de estar funcionando el NAP del Caribe, la industria de los centros de contacto experimentó un aumento del 80 por ciento.
Actualmente, para fines de atraer inversión, la calidad de la infraestructura digital, esto es, acceso a redes, facilidad de contratación de servicios confiables y permanentes y alta velocidad, resulta fundamental. Y es que se trata de la movilidad de los negocios, de la capacidad de tener una videoconferencia o un webseminario; de mantener al día y compartir bases de datos; de crear una cartera de clientes a nivel global; y la posibilidad de contactarlos de manera masiva y viral.
Desde el año 2002, la República Dominicana cuenta con la Ley No. 126-02, sobre Comercio Electrónico, Documentos y Firmas Digitales, que busca garantizar la seguridad del sistema comercial electrónico en nuestro territorio; y desde el 2007, con la Ley No. 53-07, sobre Crímenes y Delitos de Alta Tecnología, la cual crea la base legal de protección de los usuarios frente a actos ilícitos.
Iniciativas como la Red de avanzada dominicana de estudios e investigación están diseñadas para fomentar la cooperación entre universidades y centros de estudios para la investigación, el desarrollo y la innovación, usando redes de muy alta velocidad.
Por su parte, la Oficina Presidencial de Tecnologías de la Información y la Comunicación (OPTIC), creó el índice de tecnologías de la información y la comunicación y de gobierno electrónico. Según esa medición, nuestro país tiene 54.7 puntos de 100 posibles para medir la madurez de avance de uso de las modernas tecnologías de información en las instituciones públicas.
En materia de seguridad y transparencia, nuestras instituciones públicas obtuvieron su mejor calificación. Las informaciones sobre nómina, estructura, misión, visión y marco legal, están siendo publicadas por la mayoría de las entidades gubernamentales.
Desde el 2012 se creó el Comité Estratégico Nacional de eSalud, el cual tiene como finalidad alcanzar la sistematización y digitalización de historiales clínicos, la creación de bases de datos de especialistas, las consultas a distancia, el equipamiento de unidades médicas con banda ancha y computadoras y la creación de sistemas de vigilancia epidemiológicos para el control y monitoreo de enfermedades.
Uno de los principales objetivos que se busca con estos adelantos es poder llegar a un mayor número de pacientes, especialmente aquellos que se encuentran en lugares remotos, sin necesidad de que estos se trasladen a los centros urbanos.
Nuestro futuro digital
No cabe dudas, los avances de la República Dominicana en materia de desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación han sido notables. Sin embargo, todavía hay insuficiencias y carencias que deben ser superadas.
Por ejemplo, nuestro país se encuentra actualmente entre las posiciones más bajas del Índice Integral de Desarrollo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación de América Latina. Más aún, según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), tenemos una muy baja penetración de banda ancha fija y móvil.
De conformidad con la encuesta ENHOGAR del año 2012, más de un 79 por ciento de los hogares encuestados no disponen de una computadora. En cuanto al uso de internet, casi un 59 por ciento respondió en forma negativa.
En fin, la República Dominicana se enfrenta a una serie de tareas pendientes en materia de desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación. No obstante, sobre la base de lo alcanzado, se torna imperativo, con miras hacia el futuro, la creación de un plan de acción para el desarrollo de la agenda digital de la República Dominicana.
Conforme a ese plan, el primer paso deberá ser la aplicación de iniciativas para continuar enfrentando el desafío de la brecha digital en nuestra sociedad, que es una nueva fuente de inequidad social; y garantizar el acceso universal a la banda ancha fija y móvil.
Asimismo, ese plan debe contribuir a la producción y oferta de contenidos digitales. Eso significa, en el caso nuestro, aprovechar el avance de la industria cinematográfica, para cultivar, por ejemplo, una industria digital del audiovisual con temas nacionales.
También crear incentivos para la continuación del desarrollo de la industria del software, la cual ya genera ingresos anuales por encima de los 300 millones de dólares. De igual manera, promover el progreso de la industria de los videojuegos y los programas de simulación digital, con contenidos nacionales.
El plan dominicano de desarrollo digital deberá contribuir a formar los recursos humanos requeridos para nuestra inserción en la economía digital. Deberá, de igual manera, fomentar la enseñanza por medio digital, a través del e-learning y el podcast; crear la universidad digital; desarrollar el comercio electrónico; acelerar la competitividad y el crecimiento de las empresas por vía digital; desarrollar aplicaciones digitales al servicio de la salud y el bienestar; recurrir a lo digital para acelerar el cambio ambiental; luchar contra todas las formas de ciber-criminalidad; y reforzar la confianza digital. El diseño y aplicación, en la República Dominicana, de una agenda digital, será una de las formas más adecuadas de entrar a plenitud en la economía de la información y el conocimiento, en el siglo XXI, para beneficio de nuestra sociedad.