El presidente de Rusia, Vladimir Putin, que es el principal apoyo de Assad, calificó la operación de “acto de agresión” que agravará la crisis humanitaria en Siria. Moscú convocó una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ante el ataque, que según el dirigente ruso, tuvo una “influencia destructiva en todo el sistema de relaciones internacionales”.
Funcionarios del Pentágono dijeron que la ofensiva atacó el corazón de los programas sirios para el desarrollo y fabricación de armas químicas.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el viernes en la noche que Washington está preparado para ejercer una presión económica, diplomática y militar sobre Assad hasta que ponga fin a lo que describió como un patrón criminal de asesinar a su propio pueblo con armas químicas.
Putin reafirmó el sábado la opinión del Kremlin de que el supuesto ataque químico del pasado fin de semana sobre la ciudad de Douma, en los suburbios de Damasco y que según activistas causó 40 muertos, fue falso. Los expertos militares rusos que inspeccionaron la localidad no hallaron restos del ataque, agregó criticando a los aliados por emprender la ofensiva sin esperar a que los inspectores de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas visiten la zona.
El ataque sobre Siria fue respaldado por la Unión Europea, Alemania e Israel, entre otros, y la primera ministra británica, Theresa May, dijo que los reportes indicaron que el gobierno sirio empleó una bomba de barril en la agresión en Douma. El uso de la fuerza fue “correcto y legal” en este caso.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Jim Mattis, dijo que la ofensiva no tendría continuidad siempre y cuando Assad no vuelva a emplear armas químicas. Los ataques fueron ejecutados por aviones no tripulados y buques que dispararon misiles de crucero desde el Mar Mediterráneo. Según Mattis, Washington no confirmó aún si en el presunto incidente del 7 de abril en Douma se utilizó gas sarín.
Funcionarios de Defensa de los países implicados ofrecieron versiones dispares sobre las advertencias realizadas a Rusia. Mientras el jefe del Estado Mayor de Estados Unidos, Joseph Dunford, explicó que no se coordinaron objetivos ni se advirtió a Moscú más allá de las comunicaciones habituales sobre el espacio aéreo, la ministra de Defensa de Francia, Florence Parly, declaró que “con nuestros aliados, nos aseguramos de que los rusos fuesen alertados antes”.
En una conferencia de prensa en el Pentágono, en la que estuvo acompañado de Mattis y de responsables militares británicos y franceses para enfatizar su unión, Dunford dijo que los ataques alcanzaron tres objetivos principales en el oeste de Siria.
Los misiles alcanzaron primero un centro de investigación científica en el área de Damasco que, según Dunford, se empleaba para investigar, desarrollar, producir y probar armas químicas y biológicas. El segundo objetivo fue un depósito de armas químicas al oeste de Homs, y el tercero un almacén de armas químicas y un importante centro de mando en la misma zona.
La televisora estatal de Siria, Al-Ikhbariya TV, difundió el sábado imágenes que mostraron la destrucción del primero de los objetivos. En las imágenes aparecían pilas de escombros a las puestas de un edificio destruido y un auto calcinado.
El ministro de Exteriores de Francia, Jean-Yves Le Drian, dijo el sábado que la operación destruyó “buena parte” de arsenal químico de Assad, agregando que los ataques podrían repetirse si “vuelven a cruzarse las líneas rojas”.
Los sistemas de defensa antiaéreos de Siria, de fabricación soviética, derribaron 71 de los 103 misiles de crucero lanzados por Washington y sus colaboradores, dijo Rusia.
El ataque no causó víctimas mortales y las instalaciones militares alcanzadas sufrieron daños menores, explicó el coronel general Sergei Rudskoi, del Estado Mayor de ejército ruso. Los efectivos rusos desplegados en el país monitorearon la situación pero no actuaron contra los misiles.
Cientos de sirios se manifestaron el sábado en la mañana en la emblemática Plaza Omayyad, en el centro de la capital siria, agitando carteles de victoria y haciendo sonar las bocinas de sus autos tras el ataque, según las imágenes emitidas por la televisora estatal, que emitió en directo desde el lugar. La multitud se mezclaba con hombres uniformados y personalidades, entre las que había un actor y varios legisladores.
El gobierno de Francia dijo el sábado no tener muestras de las armas químicas que cree que se emplearon en Siria, pero justificó la respuesta militar en base a la información obtenida de organizaciones no gubernamentales y otras fuentes, además de a los datos de la inteligencia francesa.
Francia publicó el sábado su evaluación sobre lo ocurrido en Douma el pasado 7 de abril. El informe, que se utilizó como base para sumarse a Washington y Londres en el ataque, cita “la ausencia, hasta la fecha, de muestras químicas analizadas por nuestros propios laboratorios”.
El reporte identificó ocho ataques con gas cloro antes del “ataque principal” a Douma y 44 denuncias de uso de armas químicas en Siria durante el año pasado.